Diario de Navarra – Sustituciones 17/04/2024  (Xavier Armendáriz)

Cuando se anunció la temporada 2023-2024 de la Orquesta Sinfónica de Navarra, no era seguramente éste el concierto que más inmediatamente llamaba la atención para el gran público. Sin embargo, no ocurría lo mismo entre los más próximos al mundo de la trompeta. Se anunciaba la presencia de la noruega Tine Thing Helseth, la mejor trompetista del mundo y una gran defensora de la literatura escrita para ese instrumento en el siglo XX.

No habría sido su primera presencia en Pamplona con la OSN, pero sí una gran oportunidad para haberle observado en acción en el Concierto para trompeta y orquesta de Aleksandra Pakhmutova, una obra que le habría permitido lucir su calidad de fraseo y su capacidad virtuosistica. El concierto de Pakhmutova tiene la facilidad melódica y el encanto que se observan en algunos de sus contemporáneos soviéticos, a la cabeza de ellos Aram Khatchaturian, de manera que buena parte del público habría disfrutado de la audición y fue una pena que no pudiera ofrecerse en Pamplona.

Sin embargo, la capacidad para responder a estos imprevistos es uno de los aspectos que demuestran la calidad de una organización de conciertos. Fue un lujo contar con la presencia de Manuel Blanco, actual solista de la Orquesta Nacional de España y otro de los mejores trompetistas del mundo. El Concierto para trompeta y orquesta de Joseph Haydn, que nos ofreció, es uno de los dos más conocidos del repertorio, (el otro es el de Hummel, que pronto se escuchará en Barañáin con la propia OSN), y escuchamos una versión técnicamente muy lograda de principio a fin.

Fue especialmente notable la redondez del sonido, siempre igual en todo el registro y de gran profundidad y volumen, pero no fue menos impresionante la limpieza de articulación y de realización de las agilidades. En el segundo movimiento, las ornamentaciones que planteó a partir de la melodía realmente escrita por Haydn fueron más que adecuadas y el tempo propuesto por la directora Delyana Lazarova, más bien rápido y mostrando claramente el aire de siciliana, le favoreció claramente. El acompañamiento de la Orquesta Sinfónica de Navarra fue muy incisivo en los movimientos extremos, con timbales muy marcados propios de las interpretaciones historicistas y tempi también rápidos.

Tras el gran triunfo de público, Manuel Blanco recordó sus vínculos con la orquesta, con la que tocó durante años, y ofreció como propina el Ave Maria de Schubert.